quinta-feira, 6 de janeiro de 2011

Alejandro Fernández–Bio Oficial

Portar un traje de charro no es para cualquiera. Símbolo del criollismo mexicano, el atuendo requiere aplomo, galanura y actitud. Vestir de charro es arroparse con la identidad de un pueblo noble y apasionado, que lo mismo canta su alegría que su dolor.

A esa esencia corresponde la de Alejandro Fernández, artista de pura cepa y moderno representante de una legión de charros cantores, auténticos embajadores de la identidad mexicana, en la que han destacado figuras como Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y Vicente Fernández.

Alejandro Fernández (Ciudad de México, 24/4/1971), es depositario de una rica herencia artística a la que ha honrado con su personal aporte, dándole a la canción romántica mexicana un desarrollo fincado en la tradición, pero conciliado con la modernidad.

El comienzo de esta historia ha sido relatada muchas veces. La del niño que apenas con cinco años de edad, es motivado a subir al escenario a cantar a lado de su padre, un homenaje que Vicente Fernández recibió en San Antonio, Texas. El niño había ensayado su parte, la sabía muy bien, pero la mirada expectante de miles de personas lo hicieron presa del pánico escénico y vino la confusión. Cuando el pequeño rompió en llanto, el padre vino al rescate, recomponiendo la estrofa y ayudándolo a continuar.

El suceso redujo el interés del niño por ser cantante como su padre, y éste no insistió. Tanto así que Alejandro se decidió por estudiar arquitectura. En eso estaba cuando don Vicente vino con una propuesta: grabar un dueto con él para un disco en homenaje a la música mexicana. Alejandro accedió y el tema seleccionado, "Amor de los dos", resultó un éxito.

El éxito de aquella grabación motivó una nueva invitación, sólo que esta vez Alejandro Fernández lo haría como solista. La propuesta para grabar un primer álbum y lanzarlo al mercado no se hizo esperar. En 1992 debutó con un disco homónimo que reportó ventas inusuales para el género ranchero. Sorprendió a la audiencia con una aproximación más fresca a la música tradicional mexicana, lo que le permitiría convocar al público joven en torno a un género que parecía olvidado. Alejandro vio posibilidades para desarrollarse como artista, y dejó la arquitectura, para grabar su segundo material discográfico titulado "Piel de Niña" un disco de corte romántico, producido por Pedro Ramírez.

En 1994 presenta "Grandes éxitos a la manera de Alejandro Fernández", luciéndose en una magistral interpretación de piezas de grandes compositores como Luis Demetrio, José Antonio Fernández y Armando Manzanero.

Su entrada definitiva al mercado mexicano sucedió con el álbum "Que seas muy Feliz", en donde se incluyó un tema que vino a forjar nuevas audiencias entre el público joven para la música romántica mexicana: "Como quien pierde una estrella", un nuevo himno para el género ranchero . La canción fue un parteaguas en la carrera de Alejandro, marcó récord de ventas para el género ranchero y de paso le abrió las puertas en los territorios del pop, al ser incluida en la programación de radiodifusoras no especializadas en lo folclórico. La consolidación la obtuvo con el siguiente álbum, "Muy dentro de mi corazón", que vino a demostrar que la imagen del charro cantor seguía siendo rentable, siempre y cuando se le actualizara.

Mientras que otros hablan de hacer el "crossover" del español al inglés, Alejandro es uno de los pocos artistas que se han convertido en una superestrella haciendo una transición del mundo de la música ranchera al mundo de la música pop. Esta dualidad comenzó en 1997 con "Me Estoy Enamorando", una colaboración con el productor Emilio Estefan, que vendió 3 millones de copias alrededor del mundo, consolidándolo como una estrella internacional.

"Mi Verdad" ,grabado en 1998, marca un retorno de Alejandro, al género que le abrió las puertas al éxito, que ganó los corazones de los mexicanos y el cual lleva arraigado en su sangre desde niño. Esta producción le hizo acreedor al Grammy Latino. En el mismo año vino la participación en un majestuoso concierto navideño grabado en diciembre de 1998 ,"Christmas in Viena" con la participación del tenor Plácido Domingo, la cantante francesa Patricia Kaas que junto a Alejandro interpretan, una hermosa variedad de villancicos tradicionales con la firma de magníficos compositores de fama mundial.

En 2000 viene su segunda incursión al pop "Entre tus brazos", la canción del mismo título pertenece a la propia inspiración de Alejandro, hecho único en su carrera. El siguiente año regresa nuevamente a la música ranchera con "Orígenes".

Enmarcado por la majestuosa sala de conciertos del Palacio de Bellas Artes, máximo recinto cultural del país, "Un canto a méxico" fue concebido como un magno concierto espectáculo, en el que se reunió la obra y el sentir de los más representativos creadores de nuestra música.

Para continuar haciendo historia en la música tradicional mexicana, nuevamente con el producto Pedro Ramírez , " Niña Amada Mía" es un álbum ranchero con una gama de bellas melodías de grandes compositores de la talla de Armando Manzanero y Jorge Massías.

Después de una extensa gira por Centro y Sur América en el 2003, Alejandro y Don Vicente Fernández "Juntos Por Ultima Vez" concluyen su tour en la ciudad de México teniendo como escenario el foro sol donde mas de 60,000 personas disfrutaron de un magno concierto que duró mas de 5 horas.

El año 2004 está marcado por un reencuentro con esa vena pop que amalgama tradición y sentimiento. El álbum "A Corazón Abierto", conjuga tradición con innovación, este disco en palabras de Alejandro es una radiografía de lo que el es: muy honesto, no desnudo, sino profundo.

En 2005 participó en un concierto junto a los tenores Plácido Domingo y José Carreras en donde más de 50,000 personas fueron testigos de su magistral interpretación en un espectáculo operístico. Además realizó una gira junto Chayanne y Marc Anthony por la unión americana, rompiendo esquemas dentro del mundo del espectáculo latino. Su bien timbrada voz le ha permitido hacer duetos a lo largo de su carrera con artistas como Gloria Estefan, Julio Iglesias, Miguel Bosé, Mario Frangoulis y Ednita Nazario.

Ahora su nuevo material discográfico " México Madrid en directo y sin escalas" concierto que el pasado 22 de Junio ofreció Alejandro en la capital Española. Una producción verdaderamente espectacular, 28 músicos en escena, y un ambiente lleno de magia conformaron el escenario perfecto para la interpretación de su grandes éxitos así como típicas canciones mexicanas en una versión acústica.

Producido por Aureo Baqueiro ("A Corazón Abierto") los arreglos combinan la esencia de la música mexicana y toques de rumba flamenca. Dentro del repertorio se incluyen los inolvidables duetos de esa noche: Amaia de La Oreja de Van Gogh en "Me dedique a perderte", la cantante española Malu en "Contigo Aprendí" y Diego el Cigala en "Como quien pierde una estrella", acompañados por el cajonero: Piraña y el guitarrista: Niño Josele. "Todo" de Leonel (Me dedique a perderte) es la única canción inédita de esta producción. En palabras de Alejandro: Un concierto inolvidable, muy íntimo, mágico y especial.

Doce millones de copias vendidas internacionalmente, una carrera discográfica consistente que, desde su debut, le ha permitido ganar dos Grammys y dos premios Billboard, mientras que en sus conciertos ha podido congregar a más de 10 millones de personas, en más de 15 diferentes países. En las manos de un cantante prodigioso los resultados son sensacionales, Alejandro Fernández es definitivamente un artista consolidado.

UPDATE:

Portar un traje de charro no es para cualquiera. Símbolo del criollismo mexicano, el atuendo requiere aplomo, galanura y actitud. Vestir de charro es arroparse con la identidad de un pueblo noble y apasionado, que lo mismo canta su alegría que su dolor.

A esa esencia corresponde la de Alejandro Fernández, artista de pura cepa y moderno representante de una legión de charros cantores, auténticos embajadores de la identidad mexicana, en la que han destacado figuras como Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y Vicente Fernández.

Alejandro Fernández (Ciudad de México, 24/4/1971), es depositario de una rica herencia artística a la que ha honrado con su personal aporte, dándole a la canción romántica mexicana un desarrollo fincado en la tradición, pero conciliado con la modernidad.

El comienzo de esta historia ha sido relatada muchas veces. La del niño que apenas con cinco años de edad,  es motivado a subir al escenario a cantar a lado de su padre, un homenaje que Vicente Fernández recibió en San Antonio, Texas. El niño había ensayado su parte, la sabía muy bien, pero la mirada expectante de miles de personas lo hicieron presa del pánico escénico y vino la confusión. Cuando el pequeño rompió en llanto, el padre vino al rescate, recomponiendo la estrofa y ayudándolo a continuar.

El suceso redujo el interés del niño por ser cantante como su padre, y éste no insistió. Tanto así que Alejandro se decidió por estudiar arquitectura. En eso estaba cuando don Vicente vino con una propuesta: grabar un dueto con él para un disco en homenaje a la música mexicana. Alejandro accedió y el tema seleccionado, “Amor de los dos”, resultó un éxito.

El éxito de aquella grabación motivó una nueva invitación, sólo que esta vez Alejandro Fernández lo haría como solista. La propuesta para grabar un primer álbum y lanzarlo al mercado no se hizo esperar. En 1992 debutó con un disco homónimo que reportó ventas inusuales para el género ranchero. Sorprendió a la audiencia con una aproximación más fresca a la música tradicional mexicana, lo que le permitiría convocar al público joven en torno a un género que parecía olvidado. Alejandro vio posibilidades para desarrollarse como artista, y dejó la arquitectura.

En el 2009, con diecisiete millones de copias vendidas internacionalmente y una carrera discográfica consistente, Alejandro Fernández emprende un nuevo camino. Este es, quizá, su proyecto más ambicioso: regalarle a su público dos discos al mismo tiempo, un homenaje simultáneo a las dos caras, ambas indispensables, de Alejandro Fernández. En un lanzamiento histórico e irrepetible, dos discos, dos géneros: “Tradición” y “Evolución” son sus “Dos Mundos”, el proyecto latino más vendido del año con más de 700,000 unidades vendidas a nivel global.

En “Tradición”, Alejandro se une con Joan Sebastian para producir un disco divertido, juguetón y sentido, más cercano a Pedro Infante que a Javier Solis. Un disco con el sello inconfundible de Joan, un hombre que lleva, casi de manera mágica, el pulso de las emociones de su pueblo. Alejandro Fernández se da el gusto de divertirse y cantarle al amor y al desamor como nunca lo había hecho: con el ardor festivo de los mexicanos. “Dos Mundos: Tradición” es un disco para bailar, sentir y reír al estilo de un país vivo como pocos. Es, en palabras de Alejandro, “oro molido”.

En “Evolución”, Alejandro hace mancuerna con Aureo Baqueiro y varios de los más extraordinarios cantautores de la lengua española para ofrecer una producción que hace suya la dulzura latinoamericana sin dejar de lado el ritmo y el romance. Su voz y su notable oído musical han dado a luz uno de los discos de pop más atrevidos y auténticos de la historia moderna del idioma español. “Dos Mundos: Evolución” es una fusión perfecta del pop con la música mexicana.

Continuando su éxito, Alejandro grabó en directo su mas reciente producción “Dos Mundos Revolución” el cual lo presenta en un ambiente acústico donde interpreta los éxitos de sus Dos Mundos e incluye dos temas inéditos, “Tu Sabes Quien” y “Felicidades” y  por primera vez interpreto en vivo  uno de los temas más reconocidos del príncipe de la canción, José José, “Vamos a darnos tiempo”.

Con una dotación musical compuesta por el bugle, el contrabajo, el acordeón, la vihuela,  el guitarrón y percusiones, entre otros, se creo una perfecta armonía entre la música mexicana y el pop internacional.

A lo largo de una carrera ilustre, con un sello decididamente charro, romántico y enamorado, Alejandro es un auténtico embajador de su patria. No podría ser de otra manera: el hombre lleva a México en la sangre.

FUENTE: www.alejandrofernandez.com

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