Ya sea en ranchero o en pop, Alejandro deleitó a sus fans, quienes sin duda se unieron en plegarias a favor de su padre. Foto:El Heraldo de Chihuahua
El Heraldo de Chihuahua
27 de octubre de 2012
De la Redacción
En lo concerniente al evento, cabe señalar que ni con un juego de la actual serie mundial de beisbol entre los Gigantes de San Francisco y los Tigres de Detroit el estadio hubiese vibrado tanto como antenoche, cuando miles de espectadores (en su mayoría, espectadoras) no dejaron de cantar con el Potrillo Alejandro Fernández.
Desde que apareció sobre el escenario portando su impecable traje de charro, los gritos ensordecieron a la multitud, que por cerca de dos horas de espectáculo fue fiel
escolta coral de Alejandro, su mariachi y sus músicos.
El chavo deleitó con un amplio repertorio que constó de las clásicas rancheras, las
baladas románticas, los éxitos pop, así como el mencionado homenaje a su padre, Vicente Fernández, que fue cuando sus emociones salieron a flor de piel.
Como hace varios años no lo hacía, el Potrillo renovó sus votos con la asistencia que se dejó seducir por su voz e indiscutible sensualidad en el escenario, ante una producción que lució espectacular y que incluyó luces y pantallas gigantes para ver en
tamaño gigante al ídolo.
Como si hubiese sido ayer la última vez que habían convivido, Alejandro se dejó querer por una multitud que tuvo la suficiente paciencia de esperarlo, y que una vez "en casa" se permitió festejarle con su calidez sus primeros 20 años de carrera.
En la voz de un cantante prodigioso, ese lapso se podría resumir con resultados
verdaderamente sensacionales.
Con un sello decididamente charro, romántico y enamorado, Alejandro volvió a ser un
auténtico embajador de su patria dentro de la misma. No podría ser de otra manera: el hombre lleva a México en la sangre.
La gira de Alejandro Fernández continúa esta noche en Ciudad Juárez, con un concierto
en el Estadio de Beisbol Carta Blanca de aquella frontera.
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