4 Mayo, 2012 - 13:43
Credito:
Karla López / El Economista
Foto: EE Archivo
Enfundado en su tradicional traje de charro, Alejandro Fernández tuvo a su cargo la inauguración del Pepsi Center de la ciudad de México.
Poco antes de las 10 de la noche, la figura de “El Potrillo” se dibujó en la parte alta del escenario arrancando la ovación de los casi 4,000 asistentes al evento.
“Quiero agradecer a la gente del Pepsi Center por tenerme en cuenta para inaugurar este lugar, que haya más lugares donde podamos exponer nuestra música”, fueron las palabras del cantante tras entonar el primer un primer bloque ranchero que inició con ¿Dónde vas tan sola?, Si he sabido amor y La mitad que me faltaba.
Durante poco más de dos horas, el menor de los Fernández se paseó por el escenario enmarcado por cuatro pantallas que proyectaban su imagen, aunque la visibilidad es aceptable aún en la parte alta del inmueble que cuenta con palcos y una zona de bar.
El público, en su mayoría adulto, coreó cada uno de los más de 20 temas que el cantante ofreció en su espectáculo dividido en dos partes: la primera ranchera, con temas como Nube viajera, Que seas muy feliz, Me cansé de rogarle, Abrázame y un popurrí de Juan Gabriel que ya forma parte de su repertorio desde hace tiempo.
Sudoroso y pícaro, Alejandro “se regaló” a aquellas que se acercaron a tocarlo y que una vez logrado el propósito volvían a sus asientos notablemente emocionadas.
Más adelante con un pantalón y chamarra de piel, Fernández abrió la puerta de su “otro mundo”, el pop, con el que los asistentes (si, también los hombres) terminaron por levantarse de sus asientos y cantar con él desde Se me va la voz, No se me hace fácil hasta Canta corazón y Como quien pierde una estrella.
Tras una breve pausa, Fernández regresó para regalar un bloque más de canciones a sus fans el cual finalizó con Sueño contigo.
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