domingo, 3 de agosto de 2014

Alejandro Fernández confirmó su idilio con el público sevillano

 

El cantante de Jalisco y su concurrida banda brindaron dos horas de canciones románticas e himnos latinos ante una multitud fervorosa y entregada en el Olímpico

Alejandro Luque

01 agosto 2014 -

Tenían ganas de él. Tantas, que le regalaron la primera ovación media hora antes de aparecer, cuando su imagen fotográfica asomó por primera vez en la pantalla gigante. Y ya cuando las luces se apagaron y el público lo vio descender de una furgoneta negra por el lateral del escenario, el Estadio Olímpico se vino abajo. «Lo que quiero es que desde que entren en el estadio y durante las próximas dos horas, se olviden de sus problemas», manifestó AlejandroFernández, para prometer acto seguido que daría «alma, corazón y vida».

alejandro-fernandezNo hizo falta dar tanto, porque el idilio estaba consumado desde el minuto uno. Pero el cantante fue generoso. Para empezar, con un escenario de dimensiones imponentes, dotado con imaginativos juegos de luces y pantallas en las que se proyectaba continuamente la imagen en vivo del ídolo con sugestivos clips. Luego estaba la concurrida banda de nueve músicos, sin contar con el trío del coro, todos ellos de un excelente rendimiento. Y por último, una aparente voluntad de conquistar al respetable no solo por el KO de una sonrisa y una caída de ojos, sino a los puntos, golpe a golpe y canción a canción.

Chaqueta azul a cuadros, corbata a juego y gomina sin usura, el mexicano se mostró, desde el primer golpe visual en la línea de dejar un poco de lado la filiación mariachi de sus inicios y sacar a relucir su costado más crooner. Arrancó con Cóncavo y convexo, uno de los temas de su último álbum, Confidencias, para seguir con la onda deliberadamente pop de Se me va la voz: no hizo falta ahondar más en el repertorio para poner al Olímpico en pie, y coreando como loco. O cabría decir como loca, habida cuenta de la aplastante mayoría de público femenino, aunque no faltaron los varones dispuestos a declarar (como un simpático vecino de La Puebla que le tocó a este periodista de vecino de grada) que se puede ser muy viril y estremecerse con las canciones del de Jalisco.

Sin precipitación pero sin pausa fue desgranando himnos como el baladero Cuando digo tu nombre, el más latino Estuve, el pegadizo Qué voy a hacer con mi amor o el homenaje al llorado Roberto Carlos con Desahogo… Así fue predisponiendo el artista a los fans sevillanos, a sus confidentes y de las provincias del alrededor para los esperadísimos Hoy tengo ganas de ti, Nobody knows you when you’re down and out o Me dediqué a perderte. Retórica romántica inofensiva, porque a este paso Fernández no va a perder a ninguno de los suyos. Ayer los confirmó a todos.

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