quinta-feira, 28 de junho de 2012

La única sorpresa fue Alejandro Fernández... que ni siquiera habló


POLÍTICA • 
El aspirante priista a la Presidencia de la República cerró su campaña "en casa" con un acto que no se salió del libreto.

Toluca • El cierre de campaña de Enrique Peña fue en un sitio seguro. Ni el candidato ni los seguidores arriesgaron nada en el discurso, en las concentraciones, en la plaza. Fue un mitin conforme al libreto que no se salió del guión, se sentían seguros y no había nada que arriesgar.
Peña cerró en casa, en Toluca, con la disciplina vertical que caracteriza a los políticos mexiquenses. Con un mitin abarrotado, donde tenían reconocida cada esquina de la plaza. Presumían haber estado ahí muchas veces.
Miles de personas llegaron desde temprano, esta vez sin saturar las calles aledañas con camiones foráneos.
El equipo de campaña estaba tranquilo, conocían los recovecos de la plaza y esta vez pareció que la logística no se salió de control, contrario a las desavenencias características de casi toda la campaña.
El candidato llegó con los habituales minutos de retraso. A pesar de que los territorios del Estado de México lo hacen sentir más cómodo y tarda más de lo acostumbrado en saludar a la gente, ayer el recorrido y los holas tampoco fueron notables, 15 minutos en los que el candidato se dejó querer por última vez en campaña.
No faltaron las mujeres con ganas de romperle la camisa mientras se sacaba la foto, pero esta vez fueron pocas y breves las pausas.
Lo único que permaneció a lo grande fue la producción de cámaras de video y fotografía. Dos grúas operadas con contrapesos tomaban a la gente mexiquense como si fuera algo parecido a un concierto.
Las tomas panorámicas se repitieron más de una vez encendiendo los ánimos que fueron cortados por la duración breve del discurso.
El templete lucía atípico. Ésta vez no tenía en letras grandes, ocupando la mitad del escenario, el nombre del candidato.
Por primera vez en toda la campaña, aparecieron gigantes los logotipos de los partidos que lo postulan con dos taches marcados sobre de ellos.
Parte de la plana mayor del PRI estuvo en primera fila, Francisco Rojas y Manlio Fabio Beltrones fueron saludados desde el sonido local.
Esta vez, contrario al estadio Azteca, la comitiva de gobernadores no estuvo presente.
Los más cercanos ya habían hecho su tarea y esta vez el candidato iba solo con la clase política que lo arropa casi todo el tiempo: los mexiquenses Alfredo del Mazo, Emilio Chuayffet, César Camacho, Luis Videgaray; una comitiva que fue repetida desde el registro hasta el cierre de Peña.
Infaltable, acudió Eruviel Avila —no se ausentó de un solo mitin de Peña en el estado— quien lo recibió con la misma frase de su último encuentro: “este arroz ya se coció”.
El resto del discurso fue casi igual que en Atlacomulco, esta vez sin llamarlo hijo pródigo, pero presumiendo que, de ganar la Presidencia, habrá favorito entre los estados.
Lo mismo con el candidato, que pidió un triunfo contundente y a cambio, ofreció un presidente mexiquense.
La única sorpresa fue Alejandro Fernández en el templete, al terminar, sin pronunciar palabra y únicamente alzando su mano para la foto.
Para la serie de fotos en los que todos buscaban un espacio, desde el presidente del partido, Pedro Joaquín Coldwell, hasta Videgaray que batalló con la muchedumbre de familiares y candidatos en el templete para salir con la plaza de los Mártires abarrotada de fondo.

Fonte: www.milenio.com

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