Mostrando sus facetas ranchera y pop, y llevando al público de la felicidad al llanto, ofreció el primer concierto del Pepsi Center WTC
Luis Felipe Castaneda
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de mayo.- Si tal vez la fórmula de Alejandro Fernández tiene fecha de caducidad, ésta se muestra lejana. Al Potrillo no le hace falta reinventarse entre un concierto y otro. La gente no aspira a sorprenderse en sus presentaciones; por el contrario, parece reacia al cambio y entusiasta por aquello que ya conoce.
La presentación que el intérprete mexicano realizó en el Pepsi Center WTC tuvo poco de novedoso y mucho de aquello que lo ha catapultado hasta lo más alto de la música internacional.
Canciones de amor, de sufrimiento, divertidas y tortuosas. Una dicotomía que pocos manejan con tanta gracia. El menor de los Fernández lo sabe, lo explota y la gente lo aplaude.
Con la responsabilidad a cuestas de ser el primer artista que actuaba en dicho recinto, Alejandro echó mano de sus éxitos, sin riesgos ni distracciones, tanto que el set que presentó fue muy parecido al que ha cantado desde, por lo menos, septiembre del año pasado.
No importa. Cuando se hace con talento hasta los conciertos manufacturados en serie se agradecen. La entrega del cantante y la recepción de la gente certificaban que la fórmula funciona.
A ello había que sumarle la ejecución musical. El mariachi Real de México y la orquesta se conjugaban con la pericia que da la repetición. Con vaivenes de finas hechuras, con poco espacio para el error.
El concierto comenzó cerca de las 22:00 horas y desde el inicio quedaba claro que anoche la música mexicana sería la protagonista.
Sonaron Loco, Mátalas, Ella, Abrázame y Las nalgadas. Del llanto a la risa. El Potrillo, enfundado en un traje charro, se mostraba complacido y llevaba los ánimos a su antojo.
“Gracias por tomarme en cuenta para ser el primer artista de esta arena tan maravillosa; gracias porque los mexicanos tenemos más escenarios para exponer nuestra música. Que sigan los éxitos”, dijo el cantante.
Decir que esta frase bastó para enloquecer al público sería faltar a la verdad. La gente se entregó desde el primer momento.
Los clásicos de Alejandro se intercalaban con las composiciones de Joan Sebastian que grabó en su más reciente disco. Tras ellas había espacio para clásicos mexicanos como El rey y Serenata huasteca, y para Juan Gabriel, el eterno Divo de Juárez, que encontró en Alejandro a uno de sus más poderosos intérpretes.
Te sigo amando, Ya lo sé que tú te vas y La diferencia cerraron el primer tramo del concierto cuando apenas una hora había transcurrido.
Todos sabían lo que pasaría a continuación. El traje de charro desaparecería para dar paso al look más pop del cantante. Tras la primera ejecución no había quien reprochara el cambio.
Se me va la voz fue el tema elegido para reaparecer sobre el escenario. Ahora un conjunto de pantalón y chamarra de piel negros, con una playera del mismo color, dejaban claro que el switch había cambiado.
Con la transición también hubo oportunidad de conocer los alcances sonoros del lugar, que en ningún momento falló.
Del mariachi al pop, y el audio del lugar se presumió claro y nítido, con elementos que se agradecen en cualquier recital y que se conjugaron para que la segunda parte del concierto fuera la más emotiva.
En ella, la gente abandonó sus asientos para bailar, para cantar y para acercarse, tanto como le fuera posible, al escenario en busca de un saludo del Potrillo.
Canta corazón lo logró. Pocos permanecían inmunes a la histeria colectiva que se apropiaba del recinto.
Al término de este tema, Alejandro reverenciaba al público y agradecía. Jugaba de nueva cuenta con los sentimientos de la gente, los bajaba del éxtasis del baile para aterrizarlos con una de sus baladas emblemáticas: Me dediqué a perderte.
El juego emocional mostraba un capítulo más, uno que se mantenía con la ejecución de Me hace tanto bien y, poco después, de Te voy a perder.
Alejandro había cumplido lo prometido, un concierto que hizo un recorrido por lo más exitoso de su trayectoria, que había mostrado su faceta ranchera y la de cantante pop, que había hecho llorar y reír, que lo había confirmado como la mejor elección para la inauguración del recinto.
Tras 120 minutos, con el público entregado por completo, Alejandro dijo adiós.
Lo hizo con canciones como Como quien pierde una estrella, Si tú supieras y Sueño contigo. El Potrillo había cabalgado con éxito.
Crece la oferta
Con el concierto de Alejandro Fernández se declaró formalmente inaugurado el Pepsi Center WTC, nuevo recinto de espectáculos al sur de la Ciudad de México.
El lugar, ubicado a espaldas
del World Trade Center, arrancó sus actividades con el concierto de El Potrillo y las mantendrá con las próximas actuaciones de artistas de talla internacional, como Bob Dylan, quien se presentará el viernes 11 y el sábado 12; La Oreja de Van Goh, el viernes 18, y Meat Loaf el 24 de junio.
En la apertura, además de invitados especiales, estuvieron autoridades del gobierno capitalino como Carlos Mackinlay, secretario de turismo del Distrito Federal, quien acudió como representante del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y Mario Alberto Palacios Acosta, Delegado de la Benito Juárez.
Ambos coincidieron al señalar la importancia del recinto que apuntala la oferta cultural de la capital.
“En este lugar se conjugan dos elementos importantes: un espacio para congresos y exposiciones, que es una de las industrias con mayor derrama en la ciudad, y un recinto cultural que demuestra que la Ciudad de México es el centro de entretenimiento más importante del país”, dijo Mackinlay durante el discurso de inauguración.
Palacios Acosta, en tanto, hizo hincapié en la amplia oferta cultural que prevalece en la delegación que encabeza.
“Hoy la cultura tiene un nuevo espacio, una nueva casa y los juarenses (sic) estamos orgullosos de ello porque además demostramos que México es el destino idóneo para la inversión”, expresó el funcionario.
Con una breve ceremonia, en la que se develó una placa conmemorativa, el Pepsi Center WTC arrancó de manera formal sus operaciones. Los candidatos a jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, por el PRD; Isabel Miranda de Wallace, del PAN, y Rosario Guerra, de Nueva Alianza, se encargaron de dejar al descubierto la placa.
Tanto Mancera como Miranda coincidieron en señalar la importancia de nuevos espacios destinados a la cultura, compromiso que, dijeron, mantendrán en caso de ganar en los próximos comicios.
En temas
¿Dónde vas tan sola? / Llorando penas / Ojo por ojo / La mitad que me faltaba / Tú regresarás.
Que digan misa.
Loco / Si he sabido amor.
Mátalas.
Ella.
Cascos ligeros.
Estuve.
Abrázame.
Que seas muy feliz.
Las nalgadas.
Nube viajera.
Es la mujer.
El rey.
Serenata huasteca.
Ya lo sé que tú te vas / La diferencia / Te sigo amando.
Se me va la voz.
No se me hace fácil.
Qué voy a hacer con mi amor / Qué lástima.
Canta corazón.
Me dediqué a perderte.
Me hace tanto bien.
Te voy a perder.
Como quien pierde una estrella.
Encore
Si tú supieras / No sé olvidar.
No lo beses.
Sin tantita pena.
Sueño contigo.
2012-05-04 10:45:00